Adriana Rossi
6 de Julio de 2010
No es Uribe, que de la confrontación hizo un estilo, más bien aparenta ser conciliador. De Juan Manuel Santos se dice que trabaja en equipo y no le gusta concentrar poder. Cualidades éstas que lo diferencian del actual mandatario colombiano quien el 7 de agosto le entregará la banda presidencial. Santos hizo un llamado a la unidad nacional para gobernar un país donde las estadísticas hablan de pobreza (45,5% de la población), indigencia (16,5%), desempleo (12,5%), trabajo informal o mal remunerado (56%) y de altos niveles de violencia ejercida por el hampa, los narcotraficantes, los paramilitares reciclados en bandas como “Las Águilas Negras” y “Los Rastrojos” y los grupos guerrilleros debilitados, pero todavía activos.
Llega al poder gracias al 69% de los votos, todo un record, de un electorado más bien abstencionista (en la segunda vuelta se presentó a las urnas sólo el 47% de los electores), algo no del todo inusual en Colombia. Logra el apoyo del 80% del Congreso merced a la confluencia de las grandes fuerzas: el Partido de la Unidad Nacional de Uribe que es su propio partido, el Liberal y el Conservador, algo novedoso por el tradicional enfrentamiento entre las dos agrupaciones políticas, y el derechista Cambio Radical, aliado del gobierno, pero algo disconforme respecto a las aspiraciones de Uribe a una tercera presidencia, frustradas luego por un dictamen de la Corte Constitucional.
Viene de una familia del poder (un tío abuelo presidente y un hermano actual vicepresidente) y sabe cómo manejarlo. Lo definen camaleónico ya que estuvo en gabinetes ministeriales de liberales y conservadores. Fue Ministro de Comercio Exterior con el liberal Gaviria que le dio su apoyo durante la campaña, apoyo teñido por el escándalo de un intercambio muy poco amistoso entre Gaviria y Uribe, que obligó a Santos a un juego de equilibrio entre la aceptación del respaldo del primero y la defensa del segundo, su verdadero mentor. Luego fue Ministro de Hacienda con el conservador Pastrana y finalmente Ministro de Defensa del gobierno de Uribe, considerado por Santos como el mejor presidente de Colombia en doscientos años.
Se dispone a cerrar heridas institucionales, como en el caso del poder judicial enfrentado a Uribe por los juicios contra funcionarios de su gobierno, y a realizar una reforma de la salud que no grave sobre las escasas finanzas estatales. Promete crear 2,500.000 puestos de trabajo y hace hincapié en la llamada “seguridad económica” en previsión además del bajo crecimiento en este campo previsto para el año en curso, sólo un 3%, poniendo en un segundo plano la “seguridad democrática”.(1)
Esta última ha sido implementada por Uribe a través de la “Política de Defensa y Seguridad Democrática” del 2003, al que se añade el Plan Patriota, un verdadero “plan de guerra” contra la guerrilla lanzado con participación norteamericana en el 2005, y el “Plan Colombia”, financiado por Washington en sus dos fases de lucha antinarcóticos, la primera de las cuales iniciada en el 2000, anterior a su llegada a la presidencia. La política que Uribe elaboró e impulsó le mereció un fuerte apoyo popular que ronda actualmente el 60% y que por osmosis pasó a Santos, figura que garantiza continuidad política en la sustancia, aunque posiblemente no en la forma.
El legado de la Seguridad Democrática
La seguridad ha sido la obsesión del presidente saliente de un país sindicato como el más violento en América Latina. Las cifras oficiales hablan de éxitos de su gestión. Disminuyeron sustancialmente los homicidios, de 28.534 a 17.717 al año, entre el 2002 y el 2009, aunque se señala un repunte en el mismo 2009. En estos años descendieron también los secuestros, de 2.882 a 125, en su mayoría parte de una metodología de enfrentamiento de paramilitares y guerrilleros con el Estado. Se llevaron a cabo las negociaciones de Santa Fe de Raulito que resultaron en la desmovilización de 16.000 paramilitares, aunque 6.000 se mantienen en armas y el número de guerrilleros habría bajado a más de la mitad, de 21.000 a 10.000 (2). En lo referente a las hectáreas cultivadas a coca, el gran objetivo de la lucha antinarcóticos llevada a cabo mediante las fumigaciones, éstas habrían bajado en el último año a 68.000, de acuerdo al informe mundial sobre droga de Naciones Unidas (3).
Sin embargo no todo el legado de esta política es positivo, más bien muchas son las sombras y no solamente por el hecho de que falta mucho para que Colombia sea realmente pacificada. El clima de permanente sospecha instaurado a raíz de la conformación de redes de informantes entre los ciudadanos apelando a la lucha mancomunada contra el terrorismo, y de silencio impuesto por el temor a que la disidencia sea interpretada y denunciada como una adhesión a los alzados en armas, es uno de los tantos correlatos.
El fantasma del paramilitarismo sobrevuela autoridades, desde las locales hasta las del Senado de la Nación y el mismo Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, la central de inteligencia colombiana (4), sospechadas de convivencia con las Autodefensas Unidas de Colombia, gracias a la cual se habla de una “parapolítica”. Las suspicacias rozan al mismo presidente saliente, ya que su hermano Santiago está acusado por la fiscalía de haber formado un escuadrón de la muerte en los años 90 llamado “Los Doce Apóstoles”(5) . Hay sospechas de favoritismo por parte del ejecutivo (6) hacia los paramilitares, debidas a las tortuosas negociaciones que terminaron con favorecerlos, a pesar de haber ejercido una violencia sin límites y de estar íntimamente relacionados con el negocio del narcotráfico (7).
La corrupción en las filas no sólo de los políticos, sino de los mismos uniformados y la violación de los derechos humanos, son hechos que han encontrado en el sonado caso de los “falsos positivos” una de las tantas confirmaciones. De acuerdo a un informe de Naciones Unidas, en Colombia fueron secuestradas por el ejército en los últimos años alrededor de 3.000 personas inocentes. Todas fueron ajusticiadas haciéndolas pasar o por narcoterroristas o por paramilitares, con la finalidad de engrosar las estadísticas sobre las bajas y para que los uniformados obtengan premios, ascensos y permisos de descansos, previstos en una directiva secreta del año 2005 expedita por Carlos Ospina, en aquel entonces Ministro de Defensa, y cuyo acatamiento tuvo su pico durante la gestión de Santos, su sucesor en la cartera (8). Todas las víctimas eran de bajos recursos y entre ellas había 160 menores de edad (9).
Amplias regiones de selva han sido devastadas por las fumigaciones con glifosato para destruir los cultivos de coca, blanco de una política antinarcóticos que en diez años de Plan Colombia tiene muy pocos éxitos que mostrar, ya que el narcotráfico sigue vigente aunque no existan más grandes carteles, sino pequeños y medianos emprendimientos que trabajan en red; los “cartelitos”, que producen cocaína que luego las grandes organizaciones mexicanas comercializan.
Existe todavía una guerrilla, a la que Santos parece dispuesto a no conceder tregua, aunque se hable de posibles negociaciones, que con la pérdida de sus jefes históricos, desde Marulanda a Reyes, con las traiciones, con la penetración del narcotráfico, se encuentra en un proceso desestructurante muy peligroso, que conlleva a algunos frentes a tejer alianzas hasta con sus enemigos de antaño como los paramilitares reciclados. Y existen los millones de desplazados dentro y fuera de las fronteras colombianas y un desborde del conflicto que ha tensado las relaciones no sólo en la región andina, sino en toda América del Sur.
La regionalización del conflicto
El objetivo que Uribe trató de conseguir fue la internacionalización del conflicto colombiano, buscando involucrar a los países vecinos en su lucha antinarcóticos y antiguerrilla. Invocó para eso el status de terroristas para las organizaciones alzadas en armas. Esto convirtió una guerra interna nunca declarada en un conflicto en el que deberían tomar cartas en el asunto otros países, para enfrentar una amenaza, que por su naturaleza es transnacional y es objeto de acuerdos internacionales firmados por la mayoría de los gobiernos, para luchar en su contra. De hecho el Plan Colombia y el Plan Patriota después, afectaron a los países fronterizos y en el caso de Venezuela y Ecuador influyeron negativamente en las relaciones bilaterales.
El largo historial de las desavenencias entre Venezuela y Colombia, ideológicamente enfrentadas, entre las cuales se encuentran las acusaciones de parte colombiana de relaciones entre el gobierno chavista y las FARC y las incursiones paramilitares en territorio venezolanos, han dificultado las relaciones entre los dos países. A partir del 2009, a raíz del acuerdo firmado entre Colombia y los Estados Unidos para la utilización de las bases militares colombianas (10) por parte de las Fuerzas Armadas norteamericanas, consideradas una amenaza hacia Venezuela y su gobierno, Chávez cerró la frontera. El intercambio comercial sufrió una fuerte debacle. De 6.000 millones de dólares, las exportaciones colombianas al vecino país pasaron a 4.000 millones, lo que ha impulsado a Santos a enviar un mensaje conciliador con la finalidad de normalizar el flujo de productos, muy necesario para sostener la economía colombiana.
En ese mismo mensaje Santos se dirigió también al Ecuador que se ha visto sumergido por olas de refugiados. Se calcula que viven en el país alrededor de medio millón de colombianos, entre los cuales se han infiltrado bandas y organizaciones criminales que complican su seguridad interna. En su frontera porosa de difícil control, hay movimientos de paramilitares lo cual da lugar al establecimiento de un clima de temor y violencia y hay guerrilleros que buscan en el Ecuador un lugar para descansar, recomponerse y reabastecerse.
Territorio y poblaciones de la franja fronteriza han sufrido los efectos de las fumigaciones (11) efectuadas en los departamentos colombianos ubicados en los límites con Ecuador, lo cual ha ocasionado una demanda de parte de las autoridades ecuatorianas ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (12) . Ecuador además ha sido sometido a más de una incursión fronteriza de parte del Ejército colombiano. La última y más grave de ellas fue la del 2008, cuando se realizó el bombardeo de un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano que causó la muerte de unas 20 personas y la del Raúl Reyes, el segundo comandante de las Farc (13). La incursión, de la que Colombia, a través de su presidente Uribe y de su Ministro de Defensa Santos, dio versiones no respondientes a la realidad de los hechos, causando la ruptura de las relaciones diplomáticas, el retiro de los embajadores, la presentación de la denuncia ante el Grupo Río reunido en República Dominicana y posteriormente ante la OEA, que terminaron con un llamado de atención al gobierno colombiano por la violación de la soberanía del Estado ecuatoriano.
El mensaje de Santos el día en el que se proclamó su victoria, tenía evidentemente la intención de acompañar el proceso en acto de restablecimiento de las relaciones entre ambos países, que ha encontrado una cordial, aunque mesurada recepción de parte del gobierno de Correa. Sin embargo, un recientemente descubierto escándalo protagonizado por el DAS, que habría intervenido los teléfonos del presidente ecuatoriano en el marco de la Operación Salomón (14) , de la que Uribe y Santos tenían conocimiento y recibían informes, bien puede echar por tierra los esfuerzos y puede llevar a una nueva ruptura, considerando además de que existe un mandato de captura de parte de la justicia ecuatoriana contra Santos por la incursión mencionada (15) .
Rupturas que son consideradas peligrosas por la mayoría de los países integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, especialmente por Brasil y Argentina, que en los mensajes dirigidos al flamante presidente, lo han invitado a trabajar mancomunadamente en función de la unidad, considerando los numerosos problemas que la política de Uribe ha planteado a la vigencia y supervivencia del organismo.
Estos países se han erigido, en consonancia con sus socios en los distintos foros multilaterales, en defensores de los principios del derecho internacional, por sobre las doctrinas militares de inspiración estadounidense, que prevén intervenciones armadas más allá de las fronteras nacionales en función de la defensa de seguridad e intereses de un país, como la aplicada por Colombia en el ataque al campamento de Reyes en Ecuador. Fueron también Brasil y Argentina, que frente al acuerdo Uribe-Obama sobre las bases, han promovido un despliegue diplomático para impedir la posible salida de Colombia de UNASUR (16) , debido a las feroces críticas que se le movieron por parte de algunos gobiernos que ven en este acuerdo una penetración norteamericana en el continente.
A pesar de los esfuerzos de conciliación, en la Reunión Extraordinaria de Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de este organismo, celebrada en Quito en noviembre del 2009, la resolución donde se hace hincapié en la transparencia de toda iniciativa para con los socios y la defensa de los intereses propios de la región por sobre intereses foráneos (17), no fue firmada por Uribe.
Un eje en vías de consolidación
La invitación a la unidad refleja sobremanera la preocupación por un posible cambio de escenario en la región. De hecho con la elección de Santos en Colombia y la de Piñera en Chile, amigo de Santos y admirador de la política de seguridad interna colombiana que dice querer replicar en su país, el eje Colombia-Perú-Chile favorable a Washington sale reforzado. Esto puede influir en un cambio de rumbo en la región en caso además de que en Brasil salga electo el opositor Serra en la próxima elecciones presidenciales, muy crítico hacia el Mercosur y hacia el gobierno de Evo Morales, con lo cual es dado prever más dificultades a la ya trabajosa construcción de una unidad suramericana.
En lo referente a Washington, de hecho la administración Obama ha mostrado satisfacción por los resultados de la contienda presidencial. Se abren de esta forma mayores posibilidades de acuerdos entre Colombia y los Estados Unidos como el Tratado de Libre Comercio. El documento firmado por el Senado colombiano, ha sido bloqueado en el Congreso estadounidense, por la resistencia hacia Uribe de un ala del partido demócrata que lo responsabiliza directamente de las violaciones de los derechos humanos, especialmente sindicales, en Colombia. La salida del escenario de Uribe allanaría el terreno para un entendimiento sin obstáculos, aunque no exista una real garantía de que en Colombia mejore la situación en este campo.
Gracias a la elección de Santos, Estados Unidos mantiene a un fiel aliado en el continente, siempre bienvenido sobre todo en época de expansión hegemónica, que tiene como última expresión el acuerdo firmado entre Costa Rica y Estados Unidos y que tendrá vigencia desde el 1° de Julio hasta el 31 de diciembre de este año (18). El convenio prevé el ingreso escalonado de 7.000 marines y el anclaje de 46 barcos de guerra con capacidad de transporte de 200 entre helicópteros y aviones, que participarían de operativos antinarcóticos en las aguas centroamericanas, un despliegue un tanto inusitado para una lucha que debería ser sólo y exclusivamente de competencia policial y que reaviva sospechas sobre los objetivos reales de semejante movilización militar.
1. Presidencia de la República de Colombia y Ministerio de Defensa, “Política de Defensa y Seguridad Democrática”, 2003.
2. “Una agenda cargada de desafíos”, La Nación, Buenos Aires, 22 de Julio de 2010, en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1277427
3. UNODC, “World Drug Report 2010”, en http://media.hotnews.ro/media_server1/document-2010-06-24-7474989-0-raportul-unodc-2010-engleza.pdf
4. El DAS está actualmente en el centro de un enorme escándalo por actividades ilegales tales como amenazas y fabricación de pruebas falsas en contra de personas y organizaciones contrarias a la política del gobierno. Se sospecha que la orden para llevar a cabo estas actividades salieron de asesores del gobierno. Ver Latin America Working Group Education Found, U.S. Office on Colombia, Center of International Policy, Wola, “Mucho peor que el Watergate”, en http://idpc.net/sites/default/files/library/Mucho%20peor%20que%20el%20watergate.pdf?utm_source=IDPC+Alert+List+2+%28from+WOLA%29&utm_campaign=4a9af5890d-Alerta_informativa_del_IDPC_Junio_de_20106_30_2010&utm_medium=email
5. “Podrían reabrir el caso contra hermano de Álvaro Uribe”, El Nuevo Herald, 13 de Junio de 2006, http://www.elnuevoherald.com/2010/06/13/740967/podria-reabrirse-caso-contra-hermano.html
6. El mismo Álvaro Uribe alentó a las cooperativas de seguridad, las “Convivir”, antecesores del moderno paramilitarismo, cuando gobernador de Antioquia.
7. Leal Buitrago Fernando, “La política de seguridad democrática2002-2005”, en http://www.scielo.org.co/pdf/anpol/v19n57/v19n57a01.pdf
8. Vieira Constanza, “’Falsos positivos’ gravitan en elección presidencial colombiana”, 27 de Mayo de 2010, en http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=95525
9. Biffi Pablo, “El drama de ‘los falsos positivos’, el asesinato de inocentes en Colombia”, Clarín, Buenos Aires , 29-05-2010, en http://www.clarin.com/mundo/america_latina/falsos-positivos-asesinato-inocentes-enColombia_0_270572995.html
10. Ver en este blog, Rossi Adriana, “La telaraña del poder hegemónico”.
11. Comisión Científica Ecuatoriana, “El sistema de aspersiones aéreas del Plan Colombia y sus impactos sobre el ecosistema y la salud en la frontera ecuatoriana”, CCE, Quito, 2007. Versión digital en http://www.senacyt.gov.ec/files/libro_aspersiones_glifosato_frontera_colombo_ecuatoriana.pdf
12. “La CIJ autoriza réplicas a Ecuador y Colombia en el contencioso por fumigaciones”, en http://es.noticias.yahoo.com/9/20100702/twl-la-cij-autoriza-replicas-a-ecuador-y-6aad12c.html
13. Rossi Adriana, “Juegos de poder en la frontera” en Le Monde Diplomatique, Ed. Como Sur, año IX, n° 106, abril 2008, pp.4-5.
14. “Correa afirma que si es cierto que fue espiado por el DAS, volvería a romper relaciones con Colombia” en http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/correa-romperia-relaciones-con-colombia-si-se-confirma-espionaje-del-das_7780085-1
15. “Orden de arresto contra Santos en Ecuador está vigente, dice abogado de oficio” en http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=1322857
16. Se hace referencia a las Reunión de de Presidentes de UNASUR en agosto del 2009, en Bariloche.
17. “Resolución” de la Reunión Extraordinaria de Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de la UNASUR en http://www.cdsunasur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=150&Itemid=189
18. “Llegarán a Costa Rica 7 mil marines y aviones para combatir el narcotráfico” en http://www.jornada.unam.mx/2010/07/05/index.php?section=mundo&article=024n1mun y “Costa Rica permitirá la entrada de 7 mil marines de EEUU en su territorio” en http://www.elciudadano.cl/2010/07/06/costa-rica-permitira-la-entrada-de-7-mil-marines-de-eeuu-en-su-territorio/
Muy interesante y clarificador el artículo. Muy destacable la iniciativa del blog, como estudiante de RRII, me parece una herramienta muy útil para comprender la realidad de nuestra latinoamérica.
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